Tegucigalpa. El Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) entregó ayer el premio “Álvaro Contreras” al profesional de las comunicaciones, Elán Reyes Pineda, durante una ceremonia solemne con motivo del Día del Periodista hondureño.
El máximo galardón le fue dado en el auditorio “Leticia Matay” de la Universidad Tecnológica Centroamericana (Unitec) de Tegucigalpa, en presencia de agremiados e invitados especiales.
Reyes Pineda recibió el galardón de manos del presidente del CPH, Dagoberto Rodríguez, y el pleno de la junta directiva, en presencia del titular de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Rolando Argueta; el presidente del Congreso Nacional (CN), Mauricio Oliva; y el designado Ricardo Álvarez, quien representó al Presidente de la República, Juan Orlando Hernández.
La sencilla ceremonia comenzó con las palabras de bienvenida del también periodista, Aldo Romero, jefe de la carrera de Periodismo de Unitec, seguido del Himno Nacional entonado por la Banda de los Supremos Poderes y una invocación a Dios, por la comunicadora, Patricia Arias, ambos contemporáneos de Elán en el quehacer periodístico.
Seguidamente, el presidente del CPH destacó “la brillante trayectoria profesional y gremial de uno de los más distinguidos representantes del CPH, el amigo y colega Elán Reyes Pineda”.
“Elán se ha distinguido por ejercer un periodismo honesto, beligerante y socialmente comprometido con la gente y con Honduras, que lo han posicionado entre los mejores comunicadores sociales del país”, agregó Rodríguez.
En su discurso, el presidente del CPH aplaudió el anuncio del presidente del CN, de derogar el artículo 335-B, considerado un “bozal” por parte de los agremiados, al penalizar con cárcel a los medios y periodistas que inciten a la violencia y actos de terror.
También se solidarizó con los colegas del clausurado Diario Tiempo, quienes desde hace dos años están a la espera de un fallo judicial que les reconozca los daños y perjuicios que sufrieron con el cierre del medio sampedrano.
En su discurso, el galardonado comenzó diciendo que “cuando el jurado calificador del CPH me comunicó que me había otorgado, me pregunté ¿qué había hecho para merecer tan alta distinción?”.
Destacó asimismo la vida de Álvaro Contreras, un intelectual y periodista hondureño, nacido en Cedros, departamento de Francisco Morazán, el 3 enero de 1839, fundador y director de varios periódicos en Centroamérica.
Sobre este personaje, Elán dijo que “Álvaro Contreras fue un hombre completo, un revolucionario honorable, un escritor como muy pocos hondureños que efectivamente ha producido la patria, ya que se paseó por Centroamérica llevando su mensaje a todos los pueblos, luchando por la libertad”.
Recordó que Álvaro Contreras luchó por la unión de Centroamérica, por la libertad de expresión y libertad de prensa, fundando periódicos en cada país de América Central, ya que por sus posiciones le perseguían y se le limitaba, pero nunca se rindió.
“Por eso que la luz del pensamiento de Álvaro Contreras brille por siempre en nosotros, los periodistas, para que no olvidemos que la patria es ara y no pedestal”, señaló.
Reyes Pineda es originario de Erandique, Lempira, hijo de campesinos, primo hermano del general retirado Damián Pineda, actual comisionado del Instituto de Acceso a la Información Pública (IAIP) y hermano del también periodista, Roberto Reyes Pineda.
Como miles de hondureños que emigran del campo a la ciudad, en busca de oportunidades, el galardonado llegó a la capital en los años ochenta y se graduó de maestro de educación primaria.
Posteriormente, estudió periodismo mientras trabajaba en el gobierno y debutó en medios como reportero de deportes “ad honorem” de Radio América.
De ahí saltó a la televisión, de la mano del veterano periodista Rodrigo Wong Arévalo, director fundador del Noticiero Abriendo Brecha, donde Elán demostraría toda su capacidad profesional como reportero y presentador por casi 20 años. Actualmente labora en el canal Sí TV.
Gran parte de los invitados a la ceremonia eran colegas periodistas con los que Elán ha mantenido una estrecha relación profesional y gremial, ya que fue presidente del CPH en varios períodos.
El resto eran políticos, entre ellos el alcalde de San Pedro Sula, Armando Calidonio; columnistas, directores de medios, diplomáticos y representantes de diversos sectores que llegaron expresamente para felicitar al galardonado, muy querido por su trato respetuoso y afectivo.
En otra parte de su discurso, Reyes Pineda dijo que“ahora que nos encontramos en una sociedad dividida, irreconciliable, sin respeto por la persona humana, mercantilizada, deshonrada, una sociedad de pobreza económica, moral y espiritual, (pero) ha llegado la hora de pensar en los que viven realmente en la pobreza, humillados y sin esperanza”.
“Ya no es la hora de predicar, sino la de actuar con profunda convicción. Los buenos deben salir a la palestra, no se vale que se escondan por miedo a la comodidad”, manifestó.
Hizo un llamado a “las estructuras organizadas poseedoras de credibilidad en sectores de la población como la Iglesia Católica, Evangélica, los empresarios honestos, obreros y colegios profesionales deben levantar su voz y actuar pronto, antes de que se produzca un quiebre difícil de resolver en el país”.
“Constituyamos una fuerza organizada y ataquemos los males que nos aquejan”, instó Reyes Pineda, quien se hizo acompañar al acto por su esposa Olga Flores, su hijo Diego Elán y sus hermanos.
El periodista también dijo que “sigamos el ejemplo de otras sociedades que han dicho basta a los inescrupulosos, basta a los políticos que solo piensan en ellos mismos, basta en la iglesia contemplativa, basta a los delincuentes, basta a la corrupción pública, basta a la toma de decisiones de grupos de poder, basta al abandono de los pobres, basta al maltrato de las mujeres y los millones de adolescentes embarazadas en nuestro país que ven truncada su vida”.
Concluida la ceremonia, y como suele ocurrir todos los años con motivo de la entrega del “Álvaro Contreras”, los periodistas con sus invitados se enfrascaron en amenas tertulias recordando sus andanzas en “en el mejor oficio del mundo”, como lo calificó el escritor colombiano, Gabriel García Márquez.