Discurso del Presidente del CPH en la entrega del Premio Álvaro Contreras

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DISCURSO CON MOTIVO DEL DÍA DEL PERIODISTA Y ENTREGA DEL PREMIO NACIONAL DE PERIODISMO ÁLVARO CONTRERAS

Hoy es una celebración especial por cuanto se conmemora en el calendario cívico el Día dedicado a los obreros y obreras de la comunicación, a los y las periodistas, a aquellos y aquellas que hacen posible que nuestra gente esté debidamente informada y, que con su trabajo contribuyen a forjar las grandes transformaciones que demanda y aspira nuestro pueblo.
Además en este día y en este magno evento reconocemos y premiamos la brillante y destacada trayectoria de una de nuestras más distinguidas representantes, la periodista y ahora escritora Blanca Rosario Moreno García, amiga y colega con quien hemos compartido por muchos años las extenuantes, pero gratificantes jornadas de cobertura noticiosa de eventos que han marcado la historia reciente de nuestro país.
Junto a Blanca nos ha tocado escribir desde nuestros respectivos periódicos los hechos más relevantes de Honduras de los últimos 25 años. Ahí están plasmados en los archivos de su querido diario LA TRIBUNA conmovedoras historias de vida, escandalosas confesiones, explosivas declaraciones, investigaciones de corrupción, denuncias y hasta chismes escritos con la fina y aguda pluma y el arte de la ironía que solo ella sabe manejar.
Felicidades Blanca, este premio es un justo y merecido reconocimiento a su pasión a este noble oficio, a su beligerante gremialismo y lucha por el fortalecimiento y defensa del CPH, sus aportes al diarismo nacional y su contribución a las grandes reivindicaciones del pueblo hondureño.
Dicho esto, me gustaría hacer algunas reflexiones sobre los riesgos y desafíos que enfrenta el periodismo hondureño en estos tiempos.
Esta semana tuve la oportunidad de compartir con estudiantes universitarios sobre el papel del periodista. El tema que nos ocupaba era: Periodismo, ¿para qué sirve lo que hacemos?
Después de diversas reflexiones coincidimos que la misión primordial del periodista consiste en informar de forma veraz, imparcial y objetiva, sin añadir, tergiversar o inducir para que el público pueda tomar sus propias decisiones.
Sin embargo, para cumplir con esos cometidos se requiere una prensa independiente, beligerante y sin ataduras que pueda señalar los yerros y los entuertos de los que nos dirigen para poder enmendar el rumbo de sus acciones.
Con una prensa maniatada y amenazada se le niega a nuestra gente la posibilidad de recibir información equilibrada y veraz que le permita decidir y actuar frente a las circunstancias y situaciones que afectan su entorno y su vida.
La Ley de Emisión del Pensamiento declara como sus principios, los tres grandes pilares en que descansa toda sociedad civilizada y democrática.
En primer lugar define que ninguna persona puede ser inquietada o perseguida por sus opiniones,… la libertad de pensamiento e información son inviolables lo mismo que el derecho a transmitirlos y difundirlos por cualquier medio de expresión.
Solo los pueblos que conocen sus derechos y los defienden, están en el camino de una sociedad justa, solidaria y equitativa, en donde no existe la posibilidad del engaño y por consiguiente son dueños de su propio destino.
En consecuencia, la libertad de expresión debe ser comprendida como un pilar fundamental para todo Estado democrático de derecho, ya que fortalece la participación ciudadana en asuntos de interés particular o colectivo, además de ser una trinchera frente a la rendición de cuentas que todo gobierno debe cumplir.
Reconocemos que existen abusos en el ejercicio de la libertad de expresión, pero en una sociedad democrática y pluralista la sanción penal debe ser la última opción y es mejor tener exceso de libertad de expresión que limitar esa libertad que es un derecho universal e inherente a todo ser humano.
El Colegio de Periodistas de Honduras ha sido firme e inclaudicable, no hoy sino desde siempre, en la lucha y la defensa de la libertad de expresión. Para nosotros este es un principio y un derecho que no puede ser conculcado ni objeto de ninguna negociación.
Es por eso que nos oponemos al artículo 335-B que se refiere a la apología del terrorismo porque consideramos que criminaliza la labor de los periodistas y los medios de comunicación y transgrede artículos constitucionales y convenciones internacionales.
Por lo anterior y desde esta tribuna aprovechamos para demandar por enésima vez la inmediata derogación del artículo 335 B, porque con ello quitamos esa espada que pende sobre la cabeza de los periodistas.
El CPH aboga que cualquier regulación debe surgir de los propios medios de comunicación y los periodistas, pero no debe ser el Estado que imponga sanciones o restricciones a esta libertad.
Abogamos por un pacto informativo por una cultura de paz y exhortamos a retomar el acuerdo Nacional por la Promoción por una Cultura de Paz y Libertad de Expresión suscrito en abril de 2014 entre medios y periodistas, y con el cual se busca mejorar los contenidos informativos, sin la intromisión directa e indirecta del Estado.

MUERTES DE PERIODISTAS
Otro tema en el que el CPH ha venido demandando respuesta de las instituciones del Estado es en lo concerniente a los asesinatos de periodistas y comunicadores sociales, las amenazas y agresiones a periodistas.
Desde 2001 al 2017, al menos 69 periodistas, comunicadores sociales y propietarios de medios fueron asesinados, convirtiendo a Honduras en uno de los países más peligrosos para ejercer esta profesión, después de México.
De esos casos, el 91 % se encuentran en la impunidad y en el 9% restante solo ha sido posible la captura de sus autores materiales, pero los autores intelectuales siguen impunes.
Independientemente de cuales hayan sido las razones, si por motivos del ejercicio de la profesión o por otras circunstancias ajenas a sus trabajos, exigimos que se haga justicia a esas esposas, hijos, padres y hermanos que hoy sufren y los lloran todos los días.
Por eso, hoy que celebramos el Día del Periodista hondureño instamos a las autoridades encargadas de la seguridad en el país a intensificar los esfuerzos encaminados a investigar y procesar a los responsables de los crímenes cometidos contra personas ligadas a los medios de comunicación.

¡NO MAS IMPUNIDAD EN LAS MUERTES DE PERIODISTAS! 
Por otro lado, en los últimos dos años hemos tenido, en Honduras, una situación en la cual periodistas, han tenido que salir del país para salvaguardar su vida, otros han sido objeto de agresiones, amenazas, atentados e incluso, en el peor de los casos, han perdido su vida en circunstancias violentas.
Reconocemos y valoramos los esfuerzos de este Gobierno por prevenir las muertes violentas de periodistas, defensores de derechos humanos y operadores de justicia con la creación de la Ley Especial que crea el mecanismo de protección, pero falta mucho por hacer, este mecanismo debe fortalecerse técnica y financieramente para que sea más efectivo en la misión encomendada.
Hasta abril de este año, se había acogido al mecanismo de protección al menos 56 defensores de derechos humanos, 16 periodistas, cuatro comunicadores sociales y 9 operadores de justicia, lo que indica que el sistema funciona.
Desde el CPH creemos que el sistema de protección debe trabajar en una amplia socialización de la ley con todos los grupos vulnerables, especialmente los periodistas, debe agilizar la implementación de los protocolos de protección para los que son amenazados por motivos de su trabajo, eliminar los formalismos y los trámites engorrosos y dejar de seguir agendas internas y ajenas que no forman parte de su misión fundamental que es proteger y prevenir la muerte de esos grupos vulnerables.
Por otro lado, quiero referirme a las deplorables condiciones laborales y salariales que enfrentan muchos periodistas hondureños, sometidos a extenuantes jornadas de trabajo casi de 12 a 16 horas diarias y sin posibilidades de descanso los fines de semana y para colmo devengando sueldos que en muchos casos no llegan ni al salario mínimo de un jornalero.
En ese sentido, nos solidarizamos con nuestros colegas y exigimos el pago de salarios justos y competitivos para los periodistas hondureños. Como mínimo, demandamos el pago del arancel profesional vigente.
También nos solidarizamos y ofrecemos nuestro acompañamiento a los colegas de diario Tiempo a quienes, después de casi dos años de engorrosos procesos legales, se les siguen negando sus derechos laborales.
Pedimos a la Corte Suprema de Justicia que resuelva de una vez por todas su situación legal que permita la pronta indemnización y el resarcimiento completo de sus beneficios salariales a estos compañeros y sus familias.
Por último no quiero pasar por alto los ataques injustos, infundados y malitencionados de los que ha sido objeto el Colegio de Periodistas y su Instituto de Previsión Social en los últimos dos años por parte de sujetos que por años se han beneficiado abundantemente del sistema y ahora cuando sienten que su vida laboral está en declive pretenden y exigen que se haga piñata con los ahorros de los periodistas para su beneficio personal.
Por eso nos atacan y quieren desprestigiar y destruir a una institución que se ha mantenido a flote financieramente, mientras otras instituciones de previsión social similares naufragaban por la corrupción, el despilfarro y sus pésimas administraciones.
EL IPP se adelantó a la crisis que se avistaba en los institutos de previsión y tomó las medidas para evitar caer en la misma situación. Hoy somos una institución fuerte financieramente y nuestros socios tienen garantizadas sus pensiones por los próximos años.
Esos dineros son sagrados, pertenecen a los periodistas que forman parte del sistema y desde su fundación se han manejado y se siguen administrando con responsabilidad y con manos limpias. 

POR ESO EXIGIMOS UN ALTO A TANTA MENTIRA Y ATAQUES 
Cierro mi participación exhortando a los periodistas a ejercer un periodismo responsable, riguroso en el cotejamiento de los datos, imparcial, equilibrado, sin sesgos políticos, constructor de consensos, orientador de las masas y formador de valores, solo así será posible construir la Patria que tanto anhelamos y soñamos todos los hondureños.
Concluyó con las palabras del insigne Álvaro Contreras: “El periodista debe ser independiente para defender sin temor la libertad, el derecho y la justicia”
Muchas Gracias.

 

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